25 de noviembre de 2008

Violencia

Hoy, 25 de noviembre, es el día internacional contra la violencia de género. Aunque, en mi opinión, todos los días del año deberían ser el día internacional contra la violencia en general, debo admitir que el hecho de concretar una fecha, nos vale para meditar un poco sobre este tema y recordar a todas esas personas que sufren los efectos de este tipo de violencia, mujeres y niños en su mayoría.
Vivir en el miedo te anula y te paraliza, impidiendo que avances en tu vida, destruyendote por dentro hasta el punto de creer que mereces todo ese mal, cargándote de dolor y remordimientos ante la impotencia de no poder poner freno a esa situación. La mujeres maltradas viven en un estado de semisecuestro, llegando, muchas de ellas, incluso a desarrollar una especie de síndrome de Estocolmo. Se engañan a sí mismas creyendo que su agresor, en el fondo, las ama y va a cambiar, tarde o temprano. Pero el cambio tan esperado nunca llega, y los golpes, los insultos, las humillaciones, los desprecios, se siguen sucediendo. Después llegan las disculpas.
Para los niños es mucho peor. Miran impotentes como sus madres son humilladas, vejadas o golpeadas, desarrollando, en ocasiones, un profundo sentimiento de culpabilidad al no poder protegerlas de su agresor, o las culpan a ellas por dejarse tratar de ese modo. Gran parte de los hombres que maltratan a sus esposas, dan el mismo trato a sus hijos, que pierden su infancia entre llantos y miedos, convirtiéndose en adultos inseguros y recelosos o, incluso, agresivos. Si ante los ojos de un adulto una imagen como esta se antoja aterradora, ¿como debe aparecer ante los ojos de un niño?
No toleres que nadie te humille. No permitas que nadie use la violencia contra ti. No te creas peor que nadie y no dejes que nadie se crea mejor que tú. Respeta a los hombres, pero hazte respetar por ellos. Ámalos, pero no más que a ti misma. En nuestra manos está terminar con la violencia contra las mujeres y los niños, y conseguir una verdadera igualdad entre hombres y mujeres. Es de todos la responsabilidad de dar a nuestros hijos un futuro mejor que el pasado que tuvieron nuestros padres.

14 de noviembre de 2008

El Despertar

Cuando me desperté en mitad de la noche, desorientada y confusa, me alegré de que todo lo sucedido no hubiera sido más que un sueño. Me incorporé y miré a mi alrededor aún medio dormida. ¿Por qué estaba tan dolorida? ¿Por qué no estaba en mi habitación? ¡Y qué demonios hacía durmiendo en el sofá? Entonces volví a sentir aquel dolor seco en el pecho y el sabor a vómito en mi boca. Había ocurrido de verdad, no había sido un sueño, ya estaba hecho. Me hundí de nuevo en mi pequeño infierno, donde nada ni nadie podía hacerme daño, y me quedé allí hasta el amanecer, tranquila, sola.

7 de noviembre de 2008

La Forma


La última imagen que me quedó fue la de mis padres. Phil envolvía tiernamente a Renée con ambos brazos mientras ella tenía uno de los suyos muy apretado en torno a su cintura, pero con la otra mano libre extendida aferraba la mano de Charlie. Hay tantas clases de amor, y en ese momento todas convivían de modo armonioso. Me pareció una escena llena de esperanza.
(Stephenie Meyer "Amanecer")

A medida que mis ojos se van abriendo, descubro atónita esta nueva realidad en la que están envueltas todas esas cosas que antes daba por sabidas. Descubro gestos nuevos en las caras que tantas y tantas veces he observado, nuevos sentimientos en las personas que conozco desde hace tantos años, un sentido nuevo a las palabras que he estado escuchando toda mi vida, y, sobretodo, nuevas formas de amar... Las cosas ya no son ni blancas ni negras; ahora mi mundo se tiñe de toda una gama de grises que hasta hace poco no conocía.


3 de noviembre de 2008

El Mecanismo




Existe un rincón de mi alma que nadie conoce, que permanece dormido para todos, excepto para mi... Ese rinconcito siempre ha estado ahí; es aquello que perdura inmutable a través de los años; lo que siempre he sido, lo que realmente soy, lo que siempre seré. La Eurídice mordida que espera paciente a que su Orfeo venga a rescatarla del inframundo.

Existe un lugar en mi mente donde toda la belleza contemplada a lo largo de mi vida permanece intacta y se concentra en espirales de innumerables colores y músicas que embriagan el alma, y el dolor y la ira son apenas recuerdos borrosos de sueños pasados. Un lugar lleno de esperanza, donde el amor es algo tan tangible y real que casi puede saborearse. Allí, las personas que han salido de mi vida siguen a mi lado acompañándome en cada paso importante, compartiendo conmigo sus experiencias y sus sueños, dándome todo el amor que me dieron una vez. Allí nuestras almas se unen hasta ser una sola, y la alegría y la melancolía se mezclan en un vendaval de sentimientos incontenible. Allí estáis todos, los que quedan, los que se han ido y los que llegarán; y os quiero y extraño a todos por igual.