3 de diciembre de 2008

La Habitación 101





-¿Qué hay en la habitación 101?
La expresión del rostro de O’Brien no cambió. Respondió:
-Sabes muy bien lo que hay en la habitación 101, Winston. Todo el mundo sabe lo que hay en la habitación 101. -Levantó un dedo hacia el hombre de la bata blanca.

Evidentemente, la sesión había terminado. Winston sintió en el brazo el pinchazo de una inyección. Casi inmediatamente, se hundió en un profundo sueño.
....
Se quedó sólo un momento. Luego se abrió la puerta y entró O’Brien.
-Me preguntaste una vez qué había en la habitación 101. Te dije que ya lo sabías. Todos lo saben. Lo que hay en la habitación 101 es lo peor del mundo.
....
«Dentro de ti no pueden entrar nunca», le había dicho Julia. Pues, sí, podían penetrar en uno. «Lo que te ocurre aquí es para siempre», le había dicho O’Brien. Eso era verdad. Había cosas, los actos propios, de las que no era posible rehacerse. Algo moría en el interior de la persona; algo se quemaba, se cauterizaba.
(1984- George Orwell)