7 de febrero de 2009

El Tiempo




Después de tantas decepciones, la vida se ve desde otra perspectiva. Lo que antes era vital pierde importancia y te empiezas a plantear alternativas que antes suponías impensables.
De repente, entiendes que nadie es imprescindible y que la única verdad indiscutible en este mundo, es que estamos solos, rodeados de gente que va y viene, entra y sale de tu vida, los amas y te aman, pero no todos se quedan. A lo largo del camino descubres a cuántas cosas puedes sobrevivir y te haces fuerte en tu atalaya, esperando a que llegue el momento en que puedas volver a ser tú mismo.
Descubres que nada puede matarte, que puedes seguir adelante, pasito a pasito, a lo largo de los años, y empiezas a amarte y respetarte a ti mismo porque, después de todo, tú eres la única persona con la que estás obligado a pasar el resto de tu vida